Controlar tus emociones, la clave para construir una mentalidad de inversionista

“Cuando las emociones están altas, la inteligencia está baja”. Es una frase en la que Robert Kiyosaki, uno de los especialistas en finanzas personales más populares del mundo, resume la manera en la que las emociones actúan a la hora de invertir en bolsa.

Somos humanos y no tener emociones, por supuesto, es, además de imposible muy probablemente también poco deseable. Las emociones forman parte de nuestra naturaleza humana, sin embargo, de la manera en la que nosotros sepamos responder a esa emociones dependerá, en el caso de la inversión en bolsa, la manera en la que podamos tomar mejores o peores decisiones.

“Todos sentimos miedo, tristeza, ira, amor, odio, desilusión, alegría y más. Lo que nos hace únicos es cómo respondemos a esas emociones”, asegura Kiyosaki.

De esta manera, la inteligencia emocional es la “llave” del éxito financiero. Es una afirmación de Kiyosaki pero es un tema en el que varios especialistas como Warren Buffett, el mayor multimillonario del mundo por invertir en bolsa, coinciden: A mayor inteligencia y menos emoción se le meta, mejores resultados se podrán obtener. Se trata de lograr superar la irracionalidad del mercado de valores, porque no hay que olvidar que que detrás de este existen seres humanos que toman las decisiones de comprar y vender, a su vez, impulsados muchas veces por la emoción y no por la razón.

Buffett sostiene que para invertir en la bolsa no es necesario tener un “coeficiente intelectual estratosférico”, un conocimiento empresarial extraordinario o información que nadie más tenga, sino lo que se necesita es tener una infraestructura intelectual para tomar decisiones, además de la capacidad de evitar que las emociones deterioren esta estructura.

Si se parte de que de la inteligencia financiera, 90% tiene que ver con lo emocional y 10% con la información técnica que se tenga acerca de dinero y finanzas –según números de Kiyosaki–, es necesario poner mucha atención a disipar los miedos y a analizar los hechos de manera objetiva y racional, más que emocional. Se trata de tener una conversación consigo mismo.

El temor más común es a perderlo todo, señalan varias encuestas al respecto. Y esto se vuelve un lastre que no deja avanzar en el tema financiero, porque a la hora de invertir en bolsa, es necesario considerar que existe, aunque mínima, la posibilidad de perder. Hay temor y este no deja dar el paso porque las personas quieren quedarse del lado seguro.

¿Qué hacer? Ante el miedo, inteligencia emocional. No importa que no exista una alta inteligencia educativa, sostiene Kiyosaki. Ante una emoción, vienen distintas maneras de reaccionar.

Para muchas personas, esa emoción de temor genera el pensamiento: “No te arriesgues”. Para otros, la duda de perder dinero les hace pensar: “Juega de manera inteligente. Aprende a manejar el riesgo”. Las mismas emociones, pensamiento diferente: ser diferente, hacer diferente, tener diferente”, sostiene el especialista.

No solo existe el temor a perderlo todo, sino que hay muchas emociones vinculadas a esta actividad, por ejemplo, la esperanza excesiva que puede provocar una subida del mercado.

“Aunque el entusiasmo puede ser necesario para los grandes logros en otros ámbitos, en Wall Street conduce de manera prácticamente invariable al desastre”, explica Benjamin Graham, un inversionista que es conocido como el padre del “value investing” y el gran maestro de Buffett, para referirse a la importancia de no mezclar las emociones en esta actividad.

Sea cual sea la emoción que aqueje con relación a esta actividad, es importante darse un momento de reflexión antes de descartar la idea de empezar a invertir o de realizar uno u otro movimiento.

Si bien el mercado de valores no es previsible, hay muchas acciones que se pueden tomar para aminorar el riesgo, entre estas, diversificar el portafolio de inversiones y establecer un horizonte de inversión a largo plazo.

Seguir ambas consideraciones y cultivar una mente racional hará que invertir en bolsa se convierta en una gran manera de anticiparse ante el futuro.

En Dvdendo invertimos con visión a largo plazo y de una manera en la que tu dinero estará diversificado en las compañías más importantes del mundo, lo cual hará que el riesgo disminuya. Además de que somos una empresa preocupada por la integridad de los activos mantenidos a tu nombre. Todas las cuentas de Dvdendo están aseguradas por SIPC hasta por 500,000 dólares en caso de fraude.

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